Ed Flaherty y Jenny Hoover, ambos de California, vinieron a Chile en 1993 con la intención de trabajar una vendimia, y se quedaron. El país tiene un clima excepcional para la viticultura, produciendo fruta madura con taninos suaves y sabores primarios intensos a fruta.
Desde su llegada, Ed ha trabajado con algunas de las viñas más destacadas del país, como Cono Sur, Errázuriz y Tarapacá. Como enólogo ejecutivo, pasaba más tiempo en la oficina y el laboratorio que en la bodega. Creó Flaherty Wines en 2004 para trabajar más directamente en el proceso de enología. Flaherty es uno de las pocas viñas boutique en Chile. Comenzó produciendo 1200 botellas de una sola mezcla en 2004, creciendo hasta alrededor de 40.000 botellas en 2017, que incluye tres ensamblajes de Aconcagua y Cauquenes. La mitad de la producción se vende en Chile, y el resto se exporta a Alemania, Brasil, Corea y Estados Unidos.
Hoy en día, hay cada vez mas viñas boutique en Chile, donde la industria local tradicionalmente ha sido dominada por algunos grupos corporativos. Sin embargo, en los últimos 10 años, el mercado ha acogido a varios proyectos tipo pyme. Flaherty Wines es uno de los miembros fundadores del Movimiento de Viñateros Independiente (MOVI),un grupo gremial para viñas chicas que cuentan con la participación directa de los dueños. Entre otras actividades, se organiza una feria de vinos anual, el MOVI Night, en Santiago en noviembre de cada año.
Aunque se dice que enología es un arte, de hecho el vino se hace para consumir—y pocas veces se toma solo. Por eso, mientras que Ed está en la bodega trabajando con las mezclas, Jenny se encuentra en la cocina, preparando algo rico para las visitas o el equipo.
Información extraída de: www.flahertywines.com