La historia de “La Ruca Restaurante” comienza en 1967, con una profunda conexión con la rica cocina chilena y las tradiciones folclóricas del país. Doña Sarela Prado y Don Tito Figueroa, sus fundadores, empezaron vendiendo cerdo preparado para llevar. La acogida fue tal que, mientras los clientes esperaban sus pedidos, disfrutaban de picadas de arrollado de cerdo, chicha de la zona de Aconcagua y la música folclórica interpretada por los propios dueños.
En sus primeros días, “La Ruca Restaurante” estaba ubicado en un rincón apartado de la ciudad, sin electricidad ni agua potable, y solo accesible por un camino de ripio. A pesar de estos desafíos, Doña Sarela, con su inquebrantable espíritu y junto a su esposo, decidió apostar por este sueño gastronómico. Juntos, iniciaron esta aventura en una época en la que la oferta culinaria era mucho más limitada que hoy. Su dedicación y pasión transformaron a “La Ruca Restaurante” en un lugar emblemático, donde la tradición y el sabor auténtico de Chile se celebran cada día.